Juanjo Villena

Fin del juego, nuevamente a empezar de cero

Todo nace de una idea

El espíritu emprendedor es una característica muy peculiar del ser humano, seguramente por ello evolucionamos con respecto al resto de las especies que habitan la tierra superando el limite de la simple adaptación que nos enseñó Charles Darwin.

Todo nace de una idea

Todo nace de una idea. El hecho de tenerla jamás es suficiente. Esa idea se materializa y hay que hacerla evolucionar. En ese sentido, sigue las reglas de la naturaleza donde una cosa es nacer y otra es desarrollarse y luego sobrevivir a los embates del tiempo.

En muchos casos, el ensayo y error es el método que se usa para lograr materializar la idea, sin embargo, esa práctica resulta imposible si quien la emplea no está dispuesto a comprender que pasó, que punto falló, o qué elementos son insuficientes para que los resultados sean los esperados, o de manera más profunda, los resultados sean distintos.

Dicen que el ser humano es la única especie que tropieza dos veces con la misma piedra, y si eso es cierto nos debemos preguntar, ¿por qué unos sí cruzan el camino y otros quedan siempre en el mismo punto, o incluso más atrás?, ¿es un problema de la especie o es un dilema de la razón de cada quien?. Todos nacemos desnudos, iniciamos nuestra vida con un mismo llanto y con la misma oportunidad, naturalmente lo que viene en adelante, cuando crecemos, depende de nuestras decisiones y cuanto nos atrevamos a comprender lo que aprendemos.

Habitualmente nos apegamos a lo que sabemos, conocemos y practicamos, y sólo al comprender que lo que nos rodea influye y que nuestra visión abstracta junto al tino especifico de cada circunstancia, es lo que nos lleva a tomar decisiones que, en definitiva, marcarán nuestro destino.

Cuando las cosas no salen bien, seguramente lo intentaremos de nuevo tomando como excusa algún factor externo que haya podido influir en los resultados, pero si lo intentamos una y otra vez insistiendo en hacer lo mismo esperando algo distinto, debemos recapacitar y entender que el problema esta aquí y no allá o mas allá.

Nuestra crianza, el entorno en el que crecemos, los conocimientos que adquirimos y las experiencias que vivimos van a influir en cada paso que demos, por ello, sabiendo que el ser humano es un elemento de la naturaleza que es capaz de sobrevivir al cambio, que se adapta al medio ambiente, si las cosas no salen, no llegan o se quedan a mitad de camino, a pesar de los múltiples intentos, es tiempo de entender que lo aprendido no es tan útil ni certero, y que en ese instante la decisión no debe ser simplemente reintentarlo o abandonar, sino deshacerse de un lastre que nos pesa, que no nos deja avanzar y que nos obliga a decidir conforme a unos parámetros que vistos los resultados resultan equivocados.

Es momento de desaprender, y eso significa guardar en el cajón de los recuerdos aquello que pensamos era seguro y acertado, de darle la oportunidad a tu cuerpo y mente para entender que no conseguirás un resultado distinto si actúas de la misma manera, con las mismas herramientas, con esos prejuicios que tanto influencian y con un entorno que no te da perspectivas ciertas.

Juanjo Villena

Juanjo Villena

Tecnólogo, experto en sistemas procesales complejos, líder empresarial y filántropo. No hay problema legal y humano que no tenga solución.

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